El
purista crítico literario organizaba y apuntaba, y bebía vino tinto; en copa.
Daba consejos sobre bes y uves y comas
mal usadas. Mientras cogía las patatas fritas con las manos y usaba el tenedor
para pinchar las gambitas de la sopa, aseguraba, dedo en ristre, que el guion
de diálogo no era igual que la raya de separación, y que las formas eran importantes
para escribir una frase.
¡Ah vaya! Qué buena forma de criticar, sería muy purista pero no sé si esa forma de criticar una obra es la más normal...
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