Hoy no ha salido el sol, ni literal ni metafóricamente.
La niebla ha decidido acompañarnos y se ha adherido a nuestros huesos como la
escarcha a los brotes tiernos. El camino
se ha hecho triste y borrascoso. Quedan muy lejos los días anticiclónicos de
abril, la luz llena de chispas de colores y alegría, los cantos de los pájaros
y los trinos de los niños barruntando el verano. Echo de menos el olor a tierra mojada tras las
tormentas de aquellos veranos en los que nada nos daba miedo; ni la furia de los
rayos, ni la fuerza de los ciclones, ni la ventisca, ni las heladas, ni la
profundidad de las calimas.
Mientras te despedimos en el cementerio, rescato de mis recuerdos
imágenes de cuando estabas vivo y formabas parte de mi vida.
Hoy no ha salido el sol.
A mi
primo Fernando
Los recuerdos son a prueba de meteorología, por suerte.
ResponderEliminarY recordar tiene algo de triste, pero también te reconforta.
Te mando un abrazo