viernes, 21 de enero de 2011

CON HACHE DE HECHO

Los sueños atacaron a Cecilia en plena noche dejándola húmeda de sudor y lágrimas. La figura de su padre acusándola, con ese dedo del que abusan todos los que no saben usar la palabra, aparecía en primer plano. ¡No recordaba haber conocido un dedo tan grande en toda su vida!

- ¡No sabes ortografía. No sabes ortografía….!

Ya no era su padre, sólo era un dedo. Y ella, una niña asustada con una década de canas.

Después, ¡imposible!, no pudo rehacer ese sosegado vínculo con la muerte, que es el sueño. Quedó atrapada en un estadio indefenso entre la verdad y la mentira. Cuando despertó, sólo pudo recordar, angustiada, que “hecho” no siempre se escribe con hache.

3 comentarios:

  1. Gracias por pasar. Tus colaboraciones siempre serán bien recibidas.

    ResponderEliminar
  2. Y por supuesto que puedes ser de nuestro grupo de amigos. Todo el mundo tiene cabida.

    ResponderEliminar
  3. Que curioso...
    Hoy he conocido a una Cecilia.

    ResponderEliminar