miércoles, 5 de enero de 2011

EL FONTANERO DICE…

Chema Madoz

El fontanero dice que la mancha de la pared es por el desagüe de la ducha, que deja escapar un hilito de agua, y que se filtra. Y eso que ya arreglamos esa pared del baño la primavera pasada. Una noche, mientras dormíamos, los azulejos comenzaron a caer como si fueran una fila de fichas de dominó.

También gotea el grifo de la cocina y la llave de paso del baño. La persiana del salón se ha encajado en el capialzado y tiene que estar continuamente subida. Menos mal que las vistas son bonitas. La cama de mi hijo se ha roto. Un larguero lateral se ha rajado y el somier se ha venido al suelo.

Hace doce años que vivimos en esta casa, y ya necesita cientos de atenciones y reparaciones. Está llena de recuerdos y de vida por todos lados, pero está envejeciendo. Siempre he dicho que odio las cosas que no envejecen. No soportaría que todo quedara nuevo mientras yo me deterioro. Pero me parece que es mentira, que hay cosas que no soporto que se acaben.

Hasta el melocotonero del jardín ha dejado de florar este año. Lo plantó mi marido, como regalo de aniversario, hace algunos años. Lo celebramos el 28 de Febrero, el día de nuestro primer beso. Yo tenía 17, tirando para 18. Es la edad que tiene ahora mi hija. Era una cría, pero entonces no me lo parecía. Fue mi primer beso, pero el primero, primero. Nunca antes, había besado a un hombre.

También nuestra relación está envejeciendo. O quizás esté madurando. No sé si prefiero lo uno o lo otro. A veces las cosas maduran tanto, que caen al suelo podridas. Nunca me ha gustado la fruta demasiado madura. Está empalagosa y sumamente blanda.

Creo que es el hilito de agua, que se está metiendo por rincones secretos y lo está destrozando todo.

Me da miedo mirar hacia adelante por si no existe futuro y me he prometido no mirar hacia atrás por si me convierto en estatua de sal. Así que ahora mismo estoy parada en mitad del camino, con los ojos tapados, sin saber que hacer. Como el melocotonero, que está ahí, en el huerto, esperando a que ocurra algo para arrancar a vivir.

Mañana vendrá el fontanero. Volverá a revisar la humedad. Insistiré en que busque bien ese hilito de agua que todo lo envenena. Y abonaré el melocotonero.


7 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Sígote (escribo poco...Me han abandonado las musas)

    ResponderEliminar
  3. Bienvenido Alex. Me alegro de verte por aquí (y espero verte más veces). Seguro que las musas revolotean a tu alrededor. Quédate quieto, y espera a que se acerquen.

    ResponderEliminar
  4. Yo hoy me siento melocotonero

    ResponderEliminar
  5. ¿Has abonado el melocotonero? Verás como florece. Feliz año

    ResponderEliminar
  6. Gracias. Y feliz año también para tí.
    Los melocotoneros no florecen en invierno, por más que los abones. Habrá que esperar, por lo menos, a primavera.

    ResponderEliminar
  7. Soy alérgico a la gente alergia al melocotón.

    ResponderEliminar