jueves, 3 de febrero de 2011

PERFUMES

Mi nariz tiene memoria. Incluso después de ducharme, recuerda el olor de tu cuerpo en mis manos. A veces un rastro de ese olor pasa descarado delante de mí, y mi nariz lo percibe, lo empareja con tu piel desnuda. A veces está entre el olor a comida, otras entre el perfume de mi ropa. Otras veces, se queda incrustado dentro, a la altura de las cejas, pero no consigo identificar de donde viene. Rastreo insistentemente mis manos, pensando que no me las he lavado bien, pero no está ahí. Está en algún lugar, escondido, entre mi cabeza y mi nariz. Y sale de vez en cuando para recordarme que has existido.

5 comentarios:

  1. Yo tengo olores escondidos que me recuerdan mi niñez

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  2. Los olores son uno de mis mayores enemigos...
    Me pase oliendo una camiseta semanas.
    Hasta que solo olía a mi.

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  3. Creo que el sentido del olfato es el más "grande" de todos. Se olvidan las conversaciones o los sonidos, se olvida el gusto de las cosas, no somos capaces de sentir cómo era el tacto de aquel cuerpo, o de esa tela que tanto te gustaba tocar, y por supuesto, terminamos por no recordar la mayor parte de las imágenes que hemos tenido durante toda nuestra vida. Pero eso sí, cuando hablamos de olfato, somos capaces de pensar en una época y recordar el olor que caracterizaba aquellos tiempos, y sin irnos tan lejos, a veces, se quedan los olores como viejos fantasmas para recordarnos que alguien nos ha abandonado.

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  4. Sí, el olor puede hacernos sentir de nuevo las mismas sensaciones y casi con la misma intensidad. Impresionante su poder evocador.
    Saludos.

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  5. Los olores de los amores, qué delicia el sentirlos y evocarlos una y otra vez, envolviéndonos por entero

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