miércoles, 25 de enero de 2012

HASTA QUE LA MUERTE NOS SEPARE


Las llamas de la chimenea ondeaban más lentamente que de costumbre. La tarde era lenta y de un amarillo apagado. Parecía que el tiempo se hubiera detenido justamente en esa escena sin sentido: Sentado frente a la chimenea con un libro en la mano, absorto en su lectura y en sus pensamientos, tan lejos de todo lo que deseaba. Ahora que todo había acabado se preguntaba como podría vivir sin ella, como había podido vivir sin ella hasta entonces. ¿Adónde dirigiría ahora sus deseos, sus más básicos instintos, su búsqueda infinita, su animalidad enjaulada? 

─ Querido, ¿me ayudas a poner la mesa?

Dirigió a su esposa una mirada leve, como si ella fuese el aire que mediaba entre ellos y dejó escapar, casi en un suspiro:

─ Sí, claro.

Un “sí, claro” carente de todo convencimiento, para el resto de sus días.

5 comentarios:

  1. Que real, lo que pasa por la cabeza de cada persona...me ha gustado.
    Besos!

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  2. hay mucho amor ahí, si no la amase diría: sí, cariño

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  3. MA, me cuesta, me cuesta. No llego a ver con claridad el mensaje. ¿Qué ha acabado? La relación con su mujer o con el libro. Tengo que leerte más para entender tu registro. Nos leemos.

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  4. Pues no se, Ximens, se me ocurre contestarte con un bolero.
    A vuestra salud. Disfrutadlo.

    http://www.redkaraoke.es/canciones/corazon-loco/4976

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  5. cuando el frío viene de dentro, no hay fuego que valga.

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