sábado, 15 de febrero de 2014

CREO QUE ESTOY MUERTA



Creo que estoy muerta, me crece el pelo como nunca antes lo había hecho, y mis uñas son fuertes y largas. Durante los velatorios de los fallecidos de mi niñez escuchaba  a mis vecinas decir que a los muertos nunca para de crecerles el pelo y las uñas, y que cuando los sacan de los nichos tienen una melena larga pero enmarañada y  despeinada, y que sus uñas son larguitas y finitas, como garras, para agarrarse a la vida, decían, o para defenderse de la muerte.  No disfruto del aire ni del calor del sol. La brisa fría del norte no infla mis pulmones y las sonrisas apenas acuden a mi boca, me esquivan.  Y recuerdo las palabras de mi abuelo cuando agonizando, con la mirada ausente, nos decía: Ya nunca más voy a poder sentir el aire frio de la sierra.
El espejo me devuelve la imagen de alguien desconocido que se diluye bajo diminutos haces de luces y sombras, y no puedo recordar el sabor de la felicidad.
…Aunque también puede ser que no esté muerta, sino que haya dejado de vivir.

2 comentarios:

  1. Precioso ensueño que deja un buen sabor de boca con la apreciación final.

    Saludos

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  2. Es cierto, hay una gran diferencia entre estar muerta y dejar de vivir, la peor a mi criterio es la segunda.

    Buen relato.
    Saludos.

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