domingo, 2 de marzo de 2014

COMO LEER UN LIBRO

Chema Madoz

Seguí las instrucciones al pie de la letra. Lo cogí entre firme y tímida, acariciando su lomo. Lo miré por delante y por detrás sujetándolo delicadamente con ambas manos, mientras lo manoseaba con lentitud mística. Palpé con la yema de mis dedos su suave portada. Lo toqué esperando adivinar su interior. Lo abrí al azar y deslicé los dedos por la aspereza masculina de sus caras  internas. Después,  hundí mi nariz con profusión y aspiré con glotonería el aroma a biblioteca antigua con la que inicié mis primeras lecturas. Finalmente leí  la primera frase de su capítulo 1. Lo llevé a mi cama, y esa noche dormí con él.

4 comentarios:

  1. Los libros pueden ser grandes amantes.

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  2. Viendo cómo casi el mismo día a miles de kilómetros de distancia otra persona en este planeta revivía también sus antiguas relaciones sensoriales con un libro, es tentador buscar algún tipo de conexión teleológica universal
    http://losfortuniosdelainvirtud.blogspot.com/2014/03/tocar.html
    Y parece que no es la primera vez que te pasa.
    Curioso.
    Interesante.
    Sugerente...

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    Respuestas
    1. Podría haber sido un anónimo, durante un tiempo, hasta que empezaran a llamarme el sin nombre...pero en realidad sólo fue mi perfil equivocado.

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  3. Si que es curioso, sí. Sólo que mi texto no es del día 3 ni del 4 ni del 2, sino del verano pasado, lo tenía guardado.

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