jueves, 22 de mayo de 2014

MORITZ 2

Seis tercios de cerveza pesan mucho para una persona insegura como yo si al despertar los encuentras en el pasillo de tu casa. Seis tercios de cerveza en un pack de regalo. Me siento frente a ellos cavilando sobre qué ocurriría noche.
Me dolía la cabeza, tomé una tónica en el bar de abajo, saludé al vecino, que me piropeó obscenamente, como siempre. Subí a casa, me tomé un paracetamol y me acosté. Dormí mal, soñé con llaves que abrían y puertas que se cerraban.
Mirando las cervezas como si fueran a hablarme, reparo en un pequeño moratón en mi pecho, justo sobre el borde del camisón.
Parece que lo pasé bien, pienso, y abro una cerveza que degusto con laxitud y resignación.

Solo me angustia una cosa, ¿sería con el vecino?

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