sábado, 7 de julio de 2012

FORMAS DE CONTAR UNA HISTORIA...


Hay mil formas de contar una historia, … y ninguna es cierta.
Yo nunca había oído hablar de las caras B, hasta que un amigo me invitó a uno de sus conciertos.  Bueno, en realidad, no se le podía llamar concierto. Era más bien una reunión de lobos aulladores en un pub cutre de barrio, donde los fines de semana se debatían,  en jam session, voces  de poetas, tragos de cerveza y guitarras. Ese sábado, iban a versionar caras B y otras rarezas y mierdeces.  En el coche, oía una de sus canciones: “ Fito y Aretha Franklin bailan un son. Y Tom Waits toca el piano Mientras canta Camarón. Mientras sonaba, paré en un bar de luces amarillentas y disimuladas rendijas, que dejaban escapar decenas de bocanadas de humo. Hacía frío y casi nevaba. Pedí un café. Estaba impregnado de nauseabundos aromas etílicos y  olor a nicotina. Eso nos excitaba, a mí y a mi imaginación. En el expositor rodante, mirándome obstinada, una cara de mujer en una cinta de cassette. Era Aretha Franklin.  No tuve más remedio que comprarla. De camino al concierto, a oscuras, a solas, estrené mi cinta. En la cara B, sonaba el rumor de un piano melancólico, sórdido y romántico que expandía su poesía por los momentos nostálgicos y macilentos de la carretera. No pude dejar de escucharlo, ni a él ni a su voz rasposa. Era Tom.
 

6 comentarios:

  1. no me importaría tomarme un trago en esta historia, ma. nada en absoluto.

    ResponderEliminar
  2. Sí, con todos estos se puede pasar una noche muy intensa.

    Buena manera de contar una historia.

    Besitos

    ResponderEliminar
  3. Ninguna es cierta y todas lo son, quizás. Muy acertada y visual la descripción del bar de carretera. Y sí, muchas veces la cara B es la Buena. relato reflexivo muy clarito.

    ResponderEliminar
  4. Ehhhh, qué pena que cerraran el Lobos...
    A ver si recuperamos las tertulias músico -poéticas- etílicas

    ResponderEliminar
  5. Agradecida por tu visita Aula de Musica.
    Sí, una pena, nos vamos quedando sin lobos. Menos mal que siguen quedando músicos, poetas y alcoholes...

    ResponderEliminar