Hacía meses que el olor de su cuerpo vagaba errante entre
sus sueños, y que la hacían desear no despertar por miedo a que se disipara entre
el aroma a café del desayuno. Era lo único que le quedaba de él, su olor. Lo
recordaba suave y algodonado, como una
ráfaga que se concentraba de manera
especial en su torso. Hacía meses que el olor de su cuerpo vagaba errante entre
sus sueños, hasta que descubrió que el olor de su cuerpo era idéntico al
suavizante de la ropa del Mercadona.
Jajajaja! El olor es muy evocador... malo cuando no puedes deshacerte de él... habrá que cambiar de supermercado.
ResponderEliminarme siento muy identificado. el olor de ella vaga errante en mis sueños y desvelos. ojalá supiera la marca de su acondicionador de pelo.
ResponderEliminarO incluso la libido está en crisis y busca ofertas de marca blanca en los hipermercados.
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