Chema Madoz |
Si Gema guardaba sus
miserias en el cajón de su ropa interior, limpia y perfumada con bolitas de
madera de cedro, no era por inconsciencia sino porque no se atrevía a reconocer
ninguna de sus equivocaciones. A veces las cambiaba de sitio o las metía en
cajitas de cartón de distintos tamaños. Otras, aprovechando que dormitaban, las
dejaba repartidas por las ventanas, a la
espera de que algún animal las confundiera con un tesoro para construir un
nido, blandito y acogedor. Pero de una manera u otra, siempre volvían entre su
ropa, al mismo cajón. Y si Gema, alguna vez, sonreía cuando las veía entre sus
braguitas cortadas al laser, era porque le recordaban lo bueno de cada una de
las cosas que había vivido.
¿Porqué todas hemos escondido algo, alguna vez, en el cajón de la ropa interior?
ResponderEliminarBesos.
Pues no sé, supongo que es el de la ropa interior es el "cajón de la intimidad" por antonomasia.
ResponderEliminarmal sitio, es el primero donde busca un hombre, pero en vez de encontrar miseria llega buscando deseo
ResponderEliminarMi cajón favorito.
ResponderEliminarestamos hechos de dulces miserias... Como no las vamos a guardar. Abrazos
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