martes, 14 de mayo de 2013

LE GUSTABA….


Le gustaba fumar bajo  el laurel, aún no empapado  por la suave lluvia, solo por llevar la contra a aquello de que quien se refugia bajo un árbol se moja dos veces. Le gustaba tomar cervezas con sus amigas de toda la vida, a las que debía mucho y a las que cuidaba poco, para sentirse viva y llena  verdades.   Charlar con una cerveza fría en la mano sin preocuparse de los minutos que faltaban para acabar el día; saborear una película en blanco y negro pausadamente, deslizándose suavemente entre sus escenas. Le gustaba pisar charcos,  como cuando era niña, y aunque ya nunca lo hacía, aceleraba el coche cuando pasaba sobre uno, solo para sentir  el ruido sordo del agua al salpicar y caer. Creía a pies juntillas que la gente era buena por naturaleza, y que la maldad nacía de una debilidad intelectual mal encauzada, o de cualquier otro complejo. Le gustaba leer frente a la chimenea y garabatear palabras y dibujos sobre cualquier papel en blanco con la imaginación puesta en un mañana que seguro que no llegaría. Le gustaba mojarse bajo la lluvia, charlar, leer, escribir, soñar, imaginar…

Pero sospechaba que estaba empezando a envejecer o que había dejado de vivir, no estaba segura; porque ya no hacía nada de lo que le gustaba.

6 comentarios:

  1. Quizás había dejado de vivir...
    Me gustó el relato
    Saludos

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  2. ...nada de lo que le gustaba...antes. Porque ahora "le gustaba fumar bajo el laurel...".

    Yo la veo en cambio en sus vida, o aclarar ciertos asuntos inconclusos en su corazón. Y la intuyo tomándose paciencia, esa paciencia madura que sugiere Rilke en sus cartas...


    Me gusta. Cómo no!

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  3. Estúpido "smart"-phone! Uno teclea Mozilla y éste escribe Firefox! En fin, que la imagino en un cambio en su vida o aclarando ciertos asuntos...


    Noto, por otro lado, que me dejé llevar por la ambigüedad de ese imperfecto inicial...

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  4. No sé si andas en el "caralibro" así que aprovecho para decirte lo mucho que me ha gustado conocerte y compartir mesa contigo e Inés, Esther.
    Un beso

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  5. Hooooola Esther. Yo como Ana, también aprovecho para decirte que me gustó mucho el ratito que compartimos juntas. Nos llevamos una obra de teatro en la retina y un montón de cosillas de esas pequeñas que no tienen precio ni se pueden comprar.

    Besos para tí, y muchas gracias por tu tinta en mi pequeño cuaderno, ¡ya no te pierdo entre tanto perfil y tanta máscara!. Besos agradecidos.

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  6. Por fin hemos localizado a la pelirroja semiagachada del ENTC. Ya me vas a tener por aquí dando por c..., digo comentando. Te vas a arrepentir, hermosa.

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