lunes, 11 de marzo de 2019

LOS CAZADORES DE SOMBRAS


    


A veces, los  cazadores de sombras perseguían luces equivocadas, que esquivas y disimuladas, parecían reales. Tenues, acechaban a la vuelta de una esquina o al fondo de la calle, agazapadas en una pared cualquiera. Los cazasombras, pacientes y alertas, paseaban cuantas calles podían ocultar el negativo de un objeto.
Cuando las encontraban, disparaban miles de ráfagas de luz con sus cámaras réflex, disolviéndolas en cuestión de segundos, y acabando para siempre con esas oscuras siluetas surgidas de las ilusiones no cumplidas de los habitantes de la ciudad.


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