domingo, 27 de agosto de 2017

PUNTO Y FINAL

Mi contribución a Madriguera de historias, junto a la ilustradora Laura Camacho, en torno a la temática "Huellas".

laura camacho_punto y final

Surgieron ante mí como huellas de dinosaurio en medio de un desolado valle. Las vi después del “accidente”, cuando ella aún estaba inconsciente. Se presentaron con la nitidez de la lluvia resbalando sobre un cristal, tan decididamente que no entiendo como no me di cuenta antes.  La maletas,que llevaban días fuera del altillo donde solían guardarse; una nota escrita en una cuartilla doblada por la mitad,  medio oculta, disimuladamente, bajo el libro que acostumbraba a tener encima de la mesita de noche; sus quejas continuas sobre lo poco querida que se sentía; su estado de ánimo, tan lábil, tan cambiante…Todo se hizo presente junto a las pastillas rosáceas salpicando el suelo del dormitorio.
Cuando conseguí encajar todas las piezas, ella ya caminaba alejada de todo lo nuestro, lánguida y sinuosa; con su libro, sus maletas, su nota y una somnolencia perpetua que recordaba a los seres que nunca han existido.


jueves, 4 de mayo de 2017

... A UN FUERA DE LA LEY

Querido hijo adolescente:
Echo de menos tus caricias a media tarde, arremolinados en el sofá como un todo que descansa de miles de rutinarias aventuras; y tus risas inocentes e incondicionales, alejadas de la realidad, que miraban hacia un futuro amplio y arrogante, que no temían a nada; ambiciosas. Y ahora, que crees que ya no me necesitas, que te sientes autosuficiente para vivir, que lo mismo levantas rascacielos que los destruyes, me asusta que te alejes, y que cierres tus fronteras al mañana; que te olvides de quien eres. Ahora que quieres estar al margen de la ley, que eres menos adulto  de lo que te crees, me da miedo que me dejes en un desierto lleno de personas, pero sin ti. 
Ahora, cariño, quiero que sepas, por cursi que resulte, que eres la llama que alumbra mi existencia, y que por más lejos que te vayas yo continuaré en el mismo sitio.

sábado, 21 de enero de 2017

DE MENOS

Bulles entre mis recuerdos cuando bebo de más y  la libertad se cierne sobre mí como el aullido de un lobo llamándome hacia el infinito; cuando las musas estériles me abrazan pero no me dejan respirar; cuando me acarician y me dejan una estela de inspiración. Y a veces, cuando escucho música. La canción número 5 de Percy Sledge siempre eres tú.

domingo, 6 de noviembre de 2016

VAIVÉN



Los volantes de su falda se movían al ritmo de los sabores del helado y revoloteaban en un vaivén nervioso que demostraban lo mucho que le gustaba aquel cucurucho de sabores. Ya se notaba que esa falda iba a ocultar, en un futuro no muy lejano, unas onduladas caderas y un gusto indiscutible por la música bailable.  Ese largo pelo rizado y erizado por la humedad de la noche, una naricita pequeña y discreta, su insistencia en hablar a la gente cerquita de sus labios… Me era imposible dejar de observarla; sus siete años no eran excusa para ignorar ciertos datos. 

sábado, 15 de octubre de 2016

DETERMINACIÓN

Si la llamaban La niño no era por su indeterminación ante la vida. Él lo tenía muy claro. Eran los demás los que se negaban a verlo. Por eso tenía que teñir sus pestañas con rímel y colorear sus labios con gloss suavemente anaranjado. Para no dar demasiadas pistas usaba ropa de chico nada varonil. Su pantalón descansaba perfectamente sobre sus móviles caderas hasta medio muslo y se ampliaban hasta media pierna. La camiseta era de un ceñido blanco inmaculado y su pelo corto estaba meticulosamente estudiado para que un mechón reposara sobre uno de sus ojos, dándole un falso e interesante aspecto de descuido. Su aire de divo a lo Marlene Dietrich era indiscutible.

No comprendía por qué lo llamaban La niño, no le hacía justicia.

sábado, 8 de octubre de 2016

MI APORTACIÓN A "ESCRITORES POR CIUDAD JUAREZ", GRANADA

MISERIA Y MIEDO
Es cierto lo que dicen, que la miseria huele a mierda y a caca de perro. A veces la vida se vuelve miseria en un instante, sin apenas darte cuenta.
Hace meses que vivo con Luis (desde que mamá murió y mi casa se convirtió en un infierno de hombres exigiendo atención). Él hace como que me cuida y dice que me quiere. Antes me daba besos especiados con sabor a canela y jengibre. Pero ahora tengo miedo, y asco. Se trae entre manos asuntos que no llego a entender, o no quiero. Sale a deshoras y vuelve con la ropa revuelta, oliendo a pena negra, a veces manchada de un marrón seco - sospechoso. Yo no pregunto, pero sé que la gente del barrio lo mira con un respeto contenido que atufa a ganar de huir. Sus extrañas salidas siempre coinciden con un horror: la desesperación por la desaparición de Malú,  los llantos por el hallazgo del cuerpo descuartizado de María, la rabia por la violación de aquellas chicas del centro de la ciudad…
No puedo huir; le pertenezco, me lo dejó claro un día que le pedí explicaciones. Desde entonces tengo que soportar cada noche su aliento jadeante y húmedo en mi nuca cuando vuelve de sus correrías, y sus manos manoseando mi cuerpo como si fuera carne de mercado. Luego, cuando no me ve, vomito. En esta ciudad las chicas se sienten más libres en su casa; a mí el miedo me acosa dentro y fuera.

La miseria huele a mierda, pero el miedo suena a cadenas que se arrastran, y a resignación.

lunes, 8 de agosto de 2016

CRITICOS LITERARIOS

El purista crítico literario organizaba y apuntaba, y bebía vino tinto; en copa. Daba consejos sobre bes y  uves y comas mal usadas. Mientras cogía las patatas fritas con las manos y usaba el tenedor para pinchar las gambitas de la sopa, aseguraba, dedo en ristre, que el guion de diálogo no era igual que la raya de separación, y que las formas eran importantes para escribir una frase.

martes, 17 de mayo de 2016

VI MICROQUEDADA ZARAGOZA, MI APORTACIÓN


VIENTO SIN NOMBRE

El viento también sopla allí abajo, a lomos de la urgencia y la soledad. Se mete entre las rendijas de los desesperados y los impacientes, y anida en las casas deshabitadas, alentando el miedo de los débiles de alma. Agoniza meses después consumido por la suave  y perfumada brisa que vive en su interior.

lunes, 16 de mayo de 2016

VI QUEDADA MICRORRELATISTA - ZARAGOZA

                                               CREANDO PERSONAJES

La protagonista de historias tenía un andar temblequeande y ameboide. Se escurría entre las juntas de las baldosas y cada vez iba a menos. Por los raíles de la estación podían verse las gotitas que chorreaban desde el andén, brillantes y minúsculas. Aquel día Zaragoza estrenaba su primer cielo azul, tras una semana de lluvias impertinentes. Llegó a sus calles huyendo de las críticas de literatos angulosos y estrechos que intentaban darle caza. Las fuerzas la abandonaban. La memoria le fallaba. Estaba comenzando a no ser nada.
Empujada por intermitentes ráfagas de cierzo acabó en los sótanos oscuros y pedregosos de una bóveda iluminada por focos que ilustraban a contadores de historias. Ya no había remedio, los críticos perdieron la partida, porque la protagonista fue capturada por aquellos micro-relatistas que le dieron forma, perspectiva y sentimientos.

lunes, 18 de abril de 2016

ABANDONAR LA VIDA A BOCADOS


Quiero creer que las cosas terribles siempre ocurren en días tormentosos y tristes, a través de nubes oscuras que acechan como mirlos insidiosos; o en noches frías con jirones de cirros ocultando la luna llena. Pero no es cierto, a veces transcurren con un sol de primavera bajo el que nunca puede pasar nada malo, y las historias, hasta las malas, suceden públicamente sin pudor ni conciencia de pecado.
Así debió ocurrir aquello, sin conciencia de pecado, sin pudor por parte de los justicieros. En mi casa lo contaban como un hecho mágico que adquiría condición mítica de heroicidad, o de justicia divina.
Antonio, mi tío, era un hombre de campo, joven, fuerte y grande, al que llamaban El Penas, por su afición al cante, y cuyo único delito había sido trabajar duro y hablar con demasiada libertad en la posada.
Un día, o una noche quizás, montó contra su voluntad en un camión pegaso, el único de la comarca, confiscado con conductor incluido, para acarrear cuerpos, vivos y muertos.
El camión olía a sangre, a mierda, a vómito y a orines secos escapados de decenas de viajeros anteriores. Llegó a una cuneta cualquiera, una fría y oculta, tras una curva, o tras unos pinos. Bajaron todos. Antonio se resistió a los empujones de su verdugo, Mateano se apodaba, con el que había trabajado codo con codo en más de una ocasión.
─Si me vais a matar, será a la fuerza. No pienso colaborar.
─Hijo de puta, cabrón, ¡baja ya!
Supongo que el miedo movía a los dos. A uno por su cercanía a la muerte, al otro por su lejanía de la vida.
Bajó del camión a patadas, y como un perro acorralado y rabioso mordió a su guardián en la espinilla. Todas sus fuerzas, desde aquel instante hasta el final de sus días quedaron concentradas entre la mandíbula de Antonio y la pierna que lo pateaba.
Luego, un fuerte golpe en la cabeza, un sonido agudo y la oscuridad.

Años después, cuando la contienda y la post contienda habían dejado a unos sin nada y a otros muertos, el guardián de aquella escena aún tenía la herida tierna agarrada a su pierna. Nunca se le curó. Dicen que se enquistó y le provocó una abertura supurante y maloliente que no dejó de recordarle, mientras tuvo consciencia, que un día, alguien a quien conocía, luchó contra él, con uñas y dientes, para no abandonar injustamente esta vida.

14 ABRIL 2016

viernes, 1 de abril de 2016

LLUVIA


Hace frío, y llueve. Miro hacia el cielo con los ojos cerrados. Juego a que las gotitas de lluvia hacen diana en mi boca abierta. Me producen risa. Me acarician los labios y chorrean por mi barbilla. Algunas cuelan atrevidas, y directamente embisten contra mi garganta.

Cuando sea mayor, a esto, lo llamaré orgasmo.

martes, 15 de marzo de 2016

PECADO ORIGINAL

Mi colaboración, junto a Jordi Ponce Pérez, para "Madriguera de  Historias" en torno al PECADO.


Jordi Ponce Pérez

Había aterrizado en aquel claro del Edem casi sin darse cuenta, huyendo de la demoledora belleza de la reina, que obsesionada con la inutilidad de sus aficiones, había jurado matarla. El interés de la joven Blancanieves por los asuntos de estado se reducía a alimentar a las palomas del patio central, a cantar y pasear por el bosque rodeada de animalitos, y a broncearse en las escalinatas de palacio junto a 7 de sus mejores amigos.
En aquel paraíso suave, cálido y acogedor, todo invitaba a descansar. Se sentó bajo un enorme manzano cuyas ramas se abrían casi hasta el infinito. El siseo de una preciosa criatura verde y sinuosa llamó su atención.
─Te sentirás mejor si comes, le dijo ofreciéndole una seductora manzana.
Ella la mordió confiada, y justo en aquel momento sintió que su vida pendía de un hilo; angustia, estrés, preocupación, ansiedad…Cosas que ni sabía que existían se agarraron a su garganta. Respirar se le hacía insostenible. La idea de que mañana sería lunes la sorprendió de repente.
Se levantó, cogió a la serpiente por el cuello y, con una extraña e hipnótica ira, le gritó:

─ ¡Tengo que buscar trabajo!

martes, 9 de febrero de 2016

CON LOS PIES EN LA TIERRA

Mike Dempsey 

A Amalia Salcedo no le convencía eso de poner los pies en el suelo. La tierra le producía urticaria y le costaba deslizarse por ella; patinaba mejor por los mundos que surgían de entre sus cabellos.  Se lo habían dicho miles de veces, pon los pies en la tierra.  Pero ella no estaba dispuesta a dejar sus ensoñaciones a cambio de una realidad que no aportaba nada a nadie y  que además le ensuciaba los pies.

martes, 5 de enero de 2016

LA MALDICIÓN

Hubiera nacido en los tiempos de la ración, cuando el hambre era mucha y el pan negro, como el miedo. Pero nunca lo hizo porque una bala atravesó el vientre de su madre junto a las paredes blancas del cementerio del pueblo. Puede que ocurriera de noche, o quizás de día; en realidad poca importancia tiene la luz para un ser que nunca llegó a verla.
Fue cerca de las eras donde se trastocó para siempre su deseo de nacer, el lugar donde su madre tantas veces había sudado, espigado y acompañado a su marido en días de calor, soñando con la familia que empezaban a construir.
Había pocos espectadores, el cura y el verdugo, pero un buen puñado de actores; mujeres y hombres dándole la espalda a las paredes encaladas, mirando hacia el oeste, hacia las piedras llenas aún de restos de trigo.
El cura, que se había ganado el Don por el mero hecho de estudiar en el seminario, se llamaba Benjamín. Al Terrible Pérez, que había conseguido su apodo por ser el verdugo más temido del pueblo, nadie le reconocía otro nombre. 
Tras la guerra, Pérez tuvo que exiliarse de su pueblo como el apestado que todo el mundo lo consideraba, e intentó echar raíces en uno y otro sitio, sin mucho éxito. No se sabe muy bien si fue por una incapacidad innata para conservar los trabajos que encontraba o porque allí donde fuera, si había persona que lo conociera, truncaba sus planes y sus relaciones; como aquel negocio que se le fue al garete, cuando ya vivía a 100 km de su casa, y volvió para intentar vender una partida de burros entre sus paisanos. Tuvo que volver con las orejas gachas a su nueva residencia y con las bestias sin vender.
Aquel fusilamiento no fue como cualquier otro. Cuando el párroco vio a la joven mujer preñada, pidió y suplicó al hombre que se iba a encargar de quitarle la vida que, por el amor de dios, la dejara vivir. La mirada del verdugo no dejo lugar a dudas: despectiva, inquisidora, retadora. Sin dejar de mirar al cura a los ojos, extendió su mano firme y disparó un solo tiro sobre el cuerpo de la mujer, cuya doble vida cayó desplomada antes de que nadie fuera capaz, siquiera, de escuchar el sonido del disparo.
El cura, con rabia oculta y miedo contenido, intentando mantener su posición de privilegiado, maldijo de todas las maneras que supo aquel acto, y sin poder evitar que las palabras escaparan de su boca, le dijo:
─Te verás errante por el resto de tus días.

Terrible Pérez murió solo, lejos de los suyos y de la tierra que lo vio nacer, despreciado y maldito; errante.

jueves, 31 de diciembre de 2015

¡FELIZ AÑO!


Siempre me ha parecido buena idea versionarse a sí mismo. En esta ocasión la imagen de Andrés Galindo ha sido las generadora de los tres últimos relatos: Jardinería, Tentáculos, Regalos.
:  
Andrés Galimdo

JARDINERIA



El macetero era horrible, y la planta. No podía ser de otra forma; al fin y al cabo esa maceta era el producto de las semillas que la habían martirizado durante toda su vida, desde el miedo a la oscuridad de su primera infancia hasta el horror a la soledad de su adultez. Incluso había plantado sus pesadillas y sus desvelos, y sus decepciones también. Unas las había plantado cuando apenas eran semilla, otras cuando ya habían crecido desmesuradamente ¡Qué necesidad había de poner un macetero bonito a semejantes brotes!

martes, 29 de diciembre de 2015

TENTÁCULOS

 Nunca supo si aquellos tentáculos que la oprimían eran las palabras ásperas de su marido o la vida, que le iba echando raíces. Pero si sabía que las noches ya no eras tiernas y pacíficas, porque durante las cenas el odio y el dolor atravesaban el pan y la tortilla, y las papas cocidas…Y todo tomaba color a miedo y sabor a babas saladas. 

domingo, 27 de diciembre de 2015

REGALOS



Si era alguna otra la que le había regalado aquella moderna correa de chapitas metálicas, lo ignoraba y  le traía sin cuidado ya. Lo que no podía quitarse de la cabeza era si esa otra era consciente de que aquel hombre, con el que seguía casada, tenía muy pocas ganas de calzarse la chupa de cuero que apareció misteriosamente en el armario el día de su 62 cumpleaños. Para él, la corbata y el traje eran la única forma decente de enfrentarse a la vida.  A no ser, claro, que esa estrechez mental la reservara exclusivamente para su amada esposa.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

LIMPIEZA GENERAL




Había asumido con resignación quitar durante el resto de los días de su vida la mancha de café que aparecía insistentemente sobre la encimera de la cocina tras el desayuno diario. Había decidido recoger cada mañana sin rechistar las gotitas que su chorro de orina desgastado dejaba sobre la tapa del wáter, y quitarle las raspas al salmón antes de servirlo, para que no se atragantara. Incluso había soportado con desconocida paz que le repitiera machaconamente lo bien que hacia su mamá (muerta hace 40 años) la sopa de pimientos. Pero de ninguna manera, bajo ningún concepto estaba dispuesta a limpiar aquella mierda que quedaba esparcida por toda la sala, tras la siesta, a golpe de suspiro: abrazos firmes junto a gente que no era ella; colores intensos de besos y carcajadas; piernas de vértigo con medias de cristal; tugurios de vapores alegres; veranos tibios al desnudo... Se lo había repetido por última vez. Limpiar sus babas del cojín o acomodar la manta del sofá, pase. ¡Pero recoger todos los recuerdos que se le caían mientras dormitaba!, ¡de eso, ni hablar!

jueves, 26 de noviembre de 2015

MONÓLOGO


Nunca entendí a mi padre. No, nunca lo entendí. Él odiaba el arte y todo lo que suponía. Creo que incluso odiaba a mi madre porque intentaba inculcarme el amor a la pintura. De ella aprendí a mezclar colores y luces, a dosificar el espacio de una superficie vacía, a encontrar el alma de lo que me rodeaba. Era lo que más me gustaba, arrancar el alma a los objetos y trasladarla al lienzo; ¡y no se más daba nada mal! Excepto con los bodegones, creo que no tienen alma.
Ahora que lo pienso…, quizás no era el arte lo que odiaba, sino que mi madre se apasionara con otras cosas, con almas ajenas, con colores exteriores, y sobre todo conmigo.  Con él nunca hablaba de esas cosas.
En los animales el alma está más cerca, creo que sale por los ojos.
Mamá tenía unos ojos preciosos, negros y rasgados, llenos de alma. Papá no.

Papá me odió por siempre jamás cuando vio el cuadro con el alma de mamá. No sé por qué no le gustó; y eso que me esmeré en los bermellones, ¡su puto color favorito! Supongo que fue al descubrir el cuerpo inerte, degollado, en el parqué del salón, lleno de sangre. ¡Total, eso se quita con lejía!, pero el alma de mamá estará siempre allí, en el cuadro del salón.

Para José, por expreso encargo. Que te favorezca la suerte.